miércoles, 13 de noviembre de 2013

Repartiendo "Valores" en la entrada del colegio.

Entregado en la puerta del Cole
Hoy ha sido uno de esos días en los que entro en el colegio negando con la cabeza, con ese sentimiento de impotencia y de que la cosa tiene difícil arreglo.

Para la sorpresa de mayores y pequeños, una persona se dedicaba a repartir "estampitas" o "cartelitos" de unos personajes televisivos, que también han pasado a la industria del juguete infantil, y que arrojan más leña al tema de la hipersexsualización infantil (pincha para leer un artículo muy interesante), al que ya hemos hecho alusión en otras veces, así como de otros muchos valores en los que priman unas tendencias nada saludables para las niñas (principales perjudicadas) y, por ende, a la sociedad en general. (Otro artículo sobre hipersexualización pinchando aquí).

Aunque yo creo que a nadie se le escapa que esto no deja de ser una estrategia comercial, para vender una serie de productos, y que diferentes sectores pueden estar implicados y verse beneficiados de esta situación, lo que realmente me indigna es que contínuamente se utilicen a los niños y las niñas como trampolín de lanzamiento, como gancho para forzar a las familias a consumir productos que; primero, no necesitan, y que; segundo, no aportan nada beneficioso a los pequeños y pequeñas.

Seguramente estarán las mentes más adormecidas pensando: "¿Que daño pueden hacer unas muñecas a los niños y niñas?" ...¡Ahí está otra de las claves del asunto!.

No tiene nada de malo que los niños y niñas jueguen con muñecos y muñecas, esto incluso favorece muchos aspectos del desarrollo intelectual, social y emocional, pero debemos ser conscientes de que no todas las muñecas son inofensivas, especialmente aquellas que están al amparo de grandes multinacionales como Disney, entre otras. Estas grandes empresas tienen un gran objetivo, y no es precisamente educativo. La principal finalidad de sus campañas está enfocada a ganar dinero. Es lamentable cómo el mercado está prácticamente monopolizado por estas grandes empresas.


Ejemplo de muñecas inofensivas
De la misma manera que la publicidad nos engaña y nos vende productos que no son saludables, nos pasa con los juguetes. Tras estas muñecas se esconden un sinfín de estereotipos sexuales, de tendencias, de valores en los que priman: el aspecto físico por encima de la salud, la rivalidad por encima del compañerismo, la competitividad por encima de la cooperación, la violencia por encima del respeto, y así un larguísimo y tristísimo etcétera.

Un buen artículo para contrastar esta información por personas más expertas en el asunto pinchando en el enlace.


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